El amor propio, el primer paso para una vida plena y feliz!

Desde niños hemos escuchado… ama a tu prójimo como a ti mismo pero al mismo tiempo nos impulsan siempre a amar a otros olvidándonos de nosotros mismos.

No podemos centrar nuestra vida en el amor de otros, nuestra felicidad no depende del amor de quienes nos rodean… depende de que tanto nos amamos, pero hablo de amor… no de vanidad, porque eso no es amor…es miedo!

Empecemos con lo que hemos aprendido…

Desde niños adoptamos comportamientos para agradar a papá y mamá porque de esa manera llegabamos a sentir su amor… así nos enseñaron, pero fue una estrategia disfuncional aplicada por nuestros padres desde el desconocimiento. No podemos juzgarlos por ello, porque hicieron lo mejor que pudieron y que bien que nos haya funcionado, el problema empieza cuando llegamos a adultos y pretendemos que esas mismas conductas nos van a llevar a obtener el amor de otros. Es allí donde dejamos de ser, donde comenzamos a dirigir toda nuestra energía en agradar a quienes nos rodean para ser amados y aceptados por ellos. Incluso dejamos de lado nuestras necesidades por satisfacer la de los demas porque tenemos la falsa creencia que así nos amaran y que eso nos traera felicidad.

¿Qué hacer para dejar esas conductas atrás (desapego) y empezar a amarme?

  • Empieza por conocerte y aceptarte, de esa manera dejarás de juzgarte y criticarte.
  • Hazte consciente de porque haces las cosas. Pregúntate… ¿Estoy haciendo esto porque quiero o lo estoy haciendo por miedo a que no me amen? Ten presente que todo lo que hacemos está basado en el miedo o el amor.
  • No seas tan dura contigo misma, permítete equivocarte y reflexionar.
  • Toma las decisiones correctas, enfocadas en ti… en lo que te da felicidad. Deja de hacer las cosas sólo porque otros quieren o porque crees que así llegarán a aceptarte.
  • Empieza a entender que no necesitas hacer algo para ser amada, ya por el sólo hecho de existir eres digna de amor y aceptación. Eres un ser maravilloso tal cual eres, no necesitas nada, no te hace falta nada!
  • Evita los patrones porque estos te alejan de tu escencia, de quien eres. Se tú misma sin temor al rechazo.
  • No te opaques, no te minimices y no te pongas detrás de nadie. Olvídate de la falsa humildad… está bien permitirse brillar. La verdadera humildad es saberse ser.

 

No podemos esperar recibir de los demás algo que no sabemos darnos a nosotros mismos.

Ámate, acéptate y se feliz!

 

Hazte consciente y amarás ser tu misma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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