Un día me puse a pensar, después de tanto trastabillar en todos los aspectos de mi vida, sobre cómo había sido mi llegada al mundo. Honestamente… por años, simplemente las cosas ocurrían y yo trataba de ignorar o de no preguntarme nada.
Todo se lo atribuía a la «mala suerte». A los «malos padres» que me tocaron y a un sin fin de cosas mas que, muchas de ellas, nada tenían que ver conmigo.
Es duro detenerse un día para buscarle sentido a lo vivido porque te das cuenta que mucho, se pudo evitar, pero la falta de consciencia te acerca mas al desastre.
Hoy no quiero hablar de que me llevó a analizar mi vida, incluyendo LA LLEGADA, hoy quiero precisamente, hablar de todo aquello que no supe procesar.
Mucho juicio de mi parte hacia todo, un todo que hace apenas unos años, puedo entender.
Mis padres, hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tenían y hoy solo puedo agradecer que decidieran, por la razón que sea, darme vida.
Después, vinieron muchas decisiones; algunas que me afectaron mas que otras. Hoy puedo estar segura, que ninguna fue tomada de manera consciente, para dañarme.
Yo también estuve así por años. Sin razonar, sin pensar, sin ser… tuvo que pasar algo realmente duro en mi vida para dar ese giro que me llevó al despertar.
Y en eso se resumen los años de culpa y juicio. En no entender, ni aceptar que mis padres, además de ser padres, son seres humanos tratando de vivir de la mejor manera posible.